Sabor agridulce y un nudo en la garganta son los protagonistas de la noche.
Un momento de alivio tan esperado ha llegado.
La mochila que arrastrábamos queriendo no querer, o no queriendo querer… cae
Y? Y estoy feliz, porque ese peso culmina.
Y recapitulo también, que no fue el mejor modo de cargarla.
Pero también pienso en que en este último trayecto, queriendo no soportar ese peso,
tampoco la he llevado como hoy creo haber querido…
Un sabor amargo, tristeza
Olor a despedida…
Despedida no tan real supongo,
pero sí pérdida de un lugar.
De un lugar que sobrellevé, que abandoné, pero que disfruté.
Y hoy duelo eso.
Duelo el lugar, duelo la pérdida.
Duelo el quizás no haber podido alcanzar un equilibrio que me impida actuar los dos extremos.
Duelo los encuentros perdidos, duelo los momentos no encontrados.
Me siento triste por no haber visto, por haber visto y no haber podido,
por haber podido y no haber querido, por haber querido sin ver…
Siento tristeza por lo que no fue como hoy creo que debiera de haber sido.
Sin embargo lo disfruté, lo viví, lo padecí y lo renegué…
Fue mío.
Y hoy la despedida sabe a nostalgia, sabe a esa lágrima que quiere colarse desde hace unas horas por la mejilla, y que retengo en mi ser cómo lo último que quedara…
Será que si te dejo ir, algo nuevo, algo mejor, algo… aparecerá?
Podré con eso?
Podré hacer algo diferente a lo ya hecho?
Querré hacerlo?
Te extrañaré… aunque he dicho mil veces que no lo haría.
11/12/10