Tendrías que ver su sonrisa. Con tan sólo el trazo de una mueca en esos labios y el mundo se vuelve brillante y eterno.
Tendrías que ver su mirada. La vida emana como torrente a través de sus luminosos ojos y te hace sentir que eres capaz de todo.
Si algún día tienes el privilegio de que te mire así y sonría, sabrás que todo lo que has hecho antes y buscado, se resume en ese momento. Hallaste tu sitio, tu paz y tu persona. Y eso, es maravilloso.