¿Qué será real?, ¿qué será verdad?, ¿la percepción amplia y grandiosa que tenemos de las cosas y lugares de pequeños, o la percepción diminuta y constreñida que obtenemos de ellos cuando adultos?
Me pregunto dónde quedó esa cocina inmensa donde mi abuela cocinaba, y en donde las dos comíamos a ambos lados de esa gran mesa redonda a la cual apenas llegaba yo, cuando hoy descubro este lugar diminuto en dónde dos personas difícilmente pueden moverse sin estorbarse.
Me pregunto qué edad tendría yo cuando jugaba con mis amigos debajo de esa gran mesa de madera del comedor, cuando hoy la observo tan frágil y maniobrable al trasladarla de un sector a otro, y debajo de la que, apenas cabe una silla.
Me pregunto qué ha sido de ese hombre tan grande, alto y fuerte que podía sostener el mundo sobre su espalda, cuando hoy descubro a mi padre como un hombre delgado, casi etéreo y tan necesitado de todos nosotros.
Me pregunto qué ha sucedido con mi primer pelopincho, aquella pileta en la cual nadaba de un borde al otro, cuando hoy la veo enterrada en el jardín como una pequeña fuente para plantas acuáticas.
Me pregunto qué ha cambiado de ese patio enorme de mi colegio, en donde jugábamos largas horas corriendo por acá y por allá, cuando hoy vuelvo al mismo y parece tan encogido, tan pequeño y recorrible con sólo una mirada.
¿Qué será real?, ¿qué será verdad?, ¿la percepción amplia y grandiosa que tenemos de las cosas y lugares de pequeños, o la percepción diminuta y constreñida que obtenemos de ellos cuando adultos?
07/08/07
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