El día sabe a tristeza
sabe a añoranza
sabe a pasado…
a un pasado ya muy pasado,
que pocas glorias recuerda.
El día sabe a vacío
sabe a dolor
huele a perdida…
pérdida de un lugar ni mejor ni peor,
pero al que estábamos a acostumbrados.
Los días como hoy son algo confusos,
no saber los porqués de estos sabores,
no es por ti,
no es por mí,
es algo del día…
El día sabe a ausencia,
sabe a congoja
sabe a sueños…
a sueños no cumplidos
que pujan por recrearse.
El día sabe a restos…
a restos que quedan de esa inefable y maliciosa comparación,
con los ideales.
El día sabe a eso,
a ese resto diminuto que queda luego de que el ojo enjuiciador,
dictamina su sentencia.
Sentencia que mide la distancia desde uno está,
hasta donde uno mismo cree que debería estar.
¿Porqué esa severidad con la propia persona?
El día sabe a tormento
sabe a malestar
sabe a nostalgia…
a la nostalgia que se produce de aquellos días donde la distancia se acorta,
donde los ideales empequeñecen,
donde la sentencia no arroja un saldo negativo.
15/04/2008
1 comentario:
Hola, Bárbara. Hermosa letra la de este poema. Evoca una sensación de soledad muy profunda con la que me puedo sentir identificado. Tuve épocas en las que me sentí asi. Lo escribiste vos? De cualquier forma, es hermoso.
Todavía no leí las demás entradas, digamos que empecé leyendote a partir de la más actual, pero tengo pensado leer las demás también.
No nos conocemos, pero yo acabo de hacerme un blog propio este último sábado y publiqué mi primera entrada el domingo. No dice nada especial, simplemente es una presentación en la que hablo un poco de quien soy. No es muy interesante, pero ya vendrán entradas mejores, más entretenidas. Pasá a dejar comentarios tuyos cuando quieras. Seguramente vaya a hacer entradas nuevas todos los domingos, que hoy por hoy es el único dia libre que me queda.
Nos estamos leyendo...
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